El Gobierno de Pedro Sánchez ha cumplido con sus promesas y ha propuesto una subida del Impuesto de Hidrocarburos para el diésel con un coste añadido de 3,8 céntimos por cada litro. La medida, que se contempla en el proyecto de Presupuestos Generales que ha aprobado el Consejo de Ministros este viernes 11 de enero, tiene, no obstante, que pasar por el trámite parlamentario por lo que puede no ver la luz. Puede que, incluso, ni los Presupuestos vean la luz.

Pero si finalmente se aprueba el incremento, los conductores verán como llenar su depósito, de una media de 60 litros, aumentará en 2,3 euros, suba o baje el petróleo, pues el Impuesto de Hidrocarburos es ajeno a la cotización del Brent.

De los más gravados

Los combustibles fósiles son de los productos que más tributos soportan. Para hacerse una idea, dependiendo del precio del petróleo, los impuestos pueden suponer entre un 55% y un 60% del precio, más si se trata de la gasolina. Semejante porcentaje se debe a que el litro de gasolina y de gasóleo sufren dos tipos de gravámenes diferentes: el Impuesto de Hidrocarburos y el IVA.

Ambos funcionan de forma muy distinta. En el caso del Impuesto de Hidrocarburos, que es el que pretende subir el Gobierno con el fin de recaudar 670 millones en un ejercicio completo, se grava con una tasa fija que se aplica sin importar el precio internacional del petróleo. La tasa es muy superior en el caso de la gasolina que el diésel que ha estado favorecido por todos los gobiernos europeos al emitir menos CO2, causante del cambio climático.

Gasolina vs gasóleo

Así, en el caso de la gasolina con plomo, la tasa es de 50,58 céntimos por litro, la gasolina con plomo de más de 97 octanos 50,39 céntimos y la gasolina sin plomo de menos de 98 octanos, la más frecuente, 47,26 céntimos. Sin embargo, actualmente en diésel se grava en el Impuesto de Hidrocarburos 37,9 céntimos, que subirá a 41,7 céntimos si se aprueba la medida contemplada en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado.

El segundo impuesto que grava a los combustibles fósiles es el IV y, en esta ocasión, sí que afecta el precio del petróleo, pues en función de este así evolucionan el precio a que las refinerías cobran sus productos a las estaciones de servicio. El tipo aplicado a los combustibles es del 21 por ciento. Se da la paradoja, que han criticado numerosos expertos fiscalistas, que el 21 por ciento se aplica después de haber aplicado el Impuesto de Hidrocarburos, por lo que se tributa sobre un tributo.

Profesionales exentos

Para evitar conflictos con determinados sectores, el Gobierno ha dejado fuera a los profesionales como transportistas, taxistas, agricultores, pesca… De hecho, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se ha mostrado partidaria de negociar con sectores que se consideren afectados por la subida. Por este motivo, ha dejado muy claro que la subida solo afecta a los particulares.

FUENTE: EL ECONOMISTA.