El descenso del petróleo empieza a poner a algunos países productores contra las cuerdas, ya que las rentas del crudo suponen una gran parte de su economía, como es el caso de Rusia o Venezuela; mientras tanto, Europa se prepara para un invierno ‘más barato’. La manipulación de precios y la debilidad de la demanda mundial amenazan con profundizar la depreciación del ‘oro negro’ en 2015

 

La primera gran crisis del petróleo se desencadena a partir de 1970. Uno de sus protagonistas principales también lo fue de la Primavera Árabe: el exdictador libio, Muammar Gaddafi. Desde su ascenso al poder, comenzó a presionar a sus socios de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para reducir su producción y así subir la cotización del oro negro. La fuerte alza de los precios de la energía provocó la primera crisis del petróleo en los años setenta y tuvo una víctima en el patrón dólar/oro, que fue derogado por Richard Nixon en 1971.

Tres décadas después, los países de la OPEP siguen manipulando los precios, aunque en esta ocasión, en una dirección opuesta. Las autoridades de Arabia Saudí, Iraq e Irán pretenden depreciar el crudo para evitar inversiones en sistemas de extracción más costosos pero que podrían suponer una incómoda competencia. Es el caso del proceso conocido como fracking, que está viviendo un fuerte auge en EEUU. Estos estados están vendiendo su producción a los precios más bajos en años, lo que, unido a la debilidad de la demanda y al avance de la oferta, ha provocado una depreciación del Brent (referencia europea) del 27 por ciento, desde 115 dólares hasta el entorno de 85 dólares.

Rusia, Nigeria y Venezuela

Hay varios indicadores con los que se puede analizar el impacto de la caída del petróleo sobre los países productores, y en casi todos ellos aparecen Rusia, Nigeria y Venezuela como los grandes productores más perjudicados por su depreciación. Pero de esta lista no se escapan otros países del Golfo Pérsico como Kuwait, Baréin e incluso la propia Arabia Saudí. «Rusia y Venezuela se encuentran entre los países más perjudicados», reconoce Javier Niederleytner, profesor del IEB.

La caída del precio del crudo tiene un impacto inmediato en la balanza comercial de los exportadores. Según los cálculos de Bank of America, una caída de 10 dólares en el precio del Brent provoca un deterioro en la balanza de Rusia equivalente a un 1,9 por ciento de su PIB. Esto significa que, con la el descenso de 30 dólares del barril, Rusia perdería en torno a 120.000 millones de dólares anuales (el equivalente a un 10 por ciento del PIB español). También las cuentas públicas del país se verán seriamente deterioradas en 2015 si el crudo sigue en los niveles actuales. Según las estimaciones de Deutsche Bank, sería necesario que el precio del barril avanzase hasta los 105,2 dólares para no tener déficit fiscal. Esto es, para que los ingresos del Estado se igualen a los gastos. «La caída del petróleo reducirá el consumo y la inversión en Rusia y llevará al país a la recesión en 2015», advierten desde Bank of America.

Venezuela es uno de los países que han mostrado más descontento con sus socios de la OPEP ante la manipulación de precios que están realizando. A cierre de 2012 (últimos datos del Banco Mundial) las rentas del petróleo suponían mas de un cuarto del PIB del país. En concreto, esta cifra alcanzó el 26,7 por ciento, un pellizco más que importante de su economía. Según los cálculos de Deutsche Bank, el precio del petróleo debería alcanzar los 117,5 dólares para evitar que el país tuviese déficit fiscal en 2015. Esto significaría que necesitaría que el crudo se situase, de media en el conjunto del año, por encima de los máximos de este año de 115 dólares.

De los grandes productores del mundo, sólo Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Catar conseguirían superávit fiscal a pesar del descenso del petróleo. Sin embargo, en el caso de Kuwait, el impacto sobre el conjunto de la economía del descenso del crudo sí que es preocupante. El pequeño país del Golfo tiene una dependencia del petróleo que supera el 50 por ciento de su PIB y cada depreciación de 10 dólares del Brent deteriora en un 4,3 por ciento  sobre el PIB su balanza comercial.

España e Israel, entre los ganadores

El petróleo más barato es una fuente de ahorro para muchas economías. Citi estima que el descenso del crudo aportará 1,1 billones de dólares a la economía global. Entre los grandes beneficiados de las políticas de los países árabes del Golfo se encuentran Israel y también el conjunto de Europa. El impacto favorable del descenso del crudo sobre la balanza comercial de Israel se sitúa en el entorno de los 35.000 millones  de dólares anuales, según las estimaciones de Bank of America. España también está entre los grandes beneficiados, ya que «este descenso podría tener un impacto positivo de en torno a un 1,3 por ciento del PIB en 2015», estima Niederleytner, gracias al aumento de la renta disponible para las empresas y familias.

Los expertos creen que el oro negro todavía tiene recorrido a la baja: «Las fuerzas bajistas a largo plazo dependen del descenso de los costes de producción del fracking y de la apreciación del dólar en los próximos años», explica el equipo de análisis de Deutsche Bank. «El descenso del crudo es algo natural teniendo en cuenta la debilidad de la economía y porque las reservas de EEUU siguen creciendo», afirma Niederleytner.FUENTE: EL ECONOMISTA.