Los precios de los carburantes, así como los del algunos productos químicos en Europa comenzarán a sentir estas próximas semanas la ola de huracanes que está asolando Estados Unidos.

Los futuros del crudo US West Texas Intermediate se situaron el pasado viernes en 49,21 dólares barril, mientras que los del brent, de referencia en Europa, subieron 24 centavos hasta los 54,73 dólares el barril, después de alcanzar un máximo en la sesión de 54,79 dólares el barril, su nivel más alto desde abril. Una línea similar están manteniendo los futuros de los productos refinados, que en algunos casos han alcanzado máximos de los últimos dos años.

Desde que el 25 de agosto, el huracán Harvey llegara a Houston, la media de los precios de los carburantes se ha incrementado en España en dos céntimos, pero esta subida todavía no guarda relación con estos desastres climatológicos.

Con este escenario, Europa atravesará este último trimestre del año un importante arbitraje en los precios del diésel y del queroseno, ya que cuando se recupere la producción en Estados Unidos, el primer lugar donde se espera que lleguen los productos es Latinoamérica.

Algunos países del Caribe utilizan petróleo menos pesado estadounidense para sus refinerías que también ha dejado de suministrarse, lo que abrirá un periodo de incertidumbre hasta que se vuelvan a estabilizar los mercados. Además, Rusia, otro de los grandes vendedores de diésel, atraviesa una etapa de revisión de refinerías lo que dificultará también la posibilidad de ofrecer un suministro alternativo.

Pese a todo, la Agencia Internacional de la Energía considera que el nivel de abastecimiento global de petróleo es correcto y no resulta necesaria una acción coordinada para abrir las reservas estratégicas de carburantes como hiciese con el Katrina en 2005.

En el caso español, BP tiene previsto realizar la parada de mantenimiento de la refinería de Castellón este próximo mes de octubre.

España recibe de Estados Unidos prácticamente el 15% de las importaciones de diésel. Según los datos de la Corporación de Reservas estratégicas, el año pasado fueron 777.000 toneladas, de las 5,6 millones de toneladas que llegaron, lo que les convierte en el segundo exportador a nuestro país por detrás de Italia.

Según el último informe de la consultora IHS Markit, alrededor del 16% de la capacidad total de refino de Estados Unidos (cerca de 2,9 millones de barriles diarios) permanece cerrada en estos momentos, mientras que ocho de las 20 refinerías afectadas han podido comenzar a volver a producir a ritmos normales, así como algunos de los principales oleoductos desde los peores momentos de la tormenta Harvey en el que la producción interrumpida ascendía a 4,8 millones de barriles.

A esta situación se suman los problemas para el transporte que se han registado en la cuenca atlántica, lo que ha dificultado la llegada de crudo pesado a estas refinerías. De hecho, las importaciones de petróleo a la costa del Golfo de Estados Unidos cayeron a niveles no vistos desde la década de 1990, según el banco ANZ.

La producción de crudo estadounidense cayó también casi un 8% debido a Harvey, de 9,5 millones de barriles diarios (bpd) a 8,8 millones de bpd, según la Energy Information Administration (EIA) y los precios de los carburantes en el país han registrado importantes incrementos en los últimos días, así como desabastecimiento en las zonas afectadas por los huracanes.

Impacto del Irma

Irma -el segundo gran huracán en dos semanas- ha dejado sin electricidad a casi dos millones viviendas y negocios en Florida a medida que el huracán devastaba los Cayos y avanzaba por la costa del suroeste del estado con vientos de 240 kilómetros por hora en dirección a la poblada región de Nápoles.

Rob Gould, portavoz de Florida Power & Light (FPL, por sus siglas en inglés) indicó durante una rueda de prensa que parte del sistema eléctrico del estado tendrá que ser reconstruido, particularmente en la parte occidental, algo que «requerirá semanas, no días», advirtió.

Durante la tarde del domingo, el centro de huracanes confirmó que Irma afectaba ya a todo el sur de la Florida. Con una fuerza que osciló entre las categorías 3 y 4 en la escala Saffir-Simpson, su avance hacia la zona de la Bahía de Tampa preocupó a los expertos dado que esta zona no estaba lo suficientemente equipada para enfrentar una tormenta de este tamaño. «Estamos a punto de experimentar una versión propia de lo que sería un infierno», advirtió el alcalde de Tampa, Bob Buckhorn, en una entrevista con la CNN.

Zona catastrófica

El Gobernador de Florida, Rick Scott, informó en una conferencia de prensa desde el Centro de Gestión de Emergencia del estado que había presentado una declaración de emergencia al presidente de EEUU, Donald Trump. El mandatario aprobó ayer peticiones similares en otras áreas ya devastadas por el avance de Irma como las Islas Vírgenes y Puerto Rico permitiendo así el acceso a fondos federales. Por su parte, el vicepresidente de EEUU, Mike Pence, dijo ayer que la administración Trump había activado todos los recursos federales a su alcance para lidiar con las consecuencias del avance de Irma.

«El presidente está muy preocupado por el impacto de esta tormenta», señaló Pence durante su visita el domingo a la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés). Independientemente de su trayectoria final, todo el estado de Florida experimentó fuertes vientos, lluvias e inundaciones. El Servicio Meteorológico Nacional emitió alertad de posibles tornados para la región del sur del estado.

Justo antes de que el ojo del huracán tocase tierra en Florida, Chuck Watson, de Enki Research, aseguró a Bloomberg, que el azote de Irma en la costa de la Florida podría generar una factura de 192.000 millones de dólares. Es importante recordar que las pérdidas totales generadas por Katrina alcanzaron los 160.000 millones de dólares (ajustados a la inflación) cuando el huracán desoló Nueva Orleans en 2005.

Los expertos de Goldman Sachs avisaron en un informe durante el fin de semana que los efectos de Harvey e Irma podrían restar un punto porcentual del crecimiento económico del tercer trimestre.

«Esperamos un freno significativo en los indicadores macroeconómicos clave de crecimiento durante los próximos dos meses, incluyendo el empleo, donde se podrían registrar un lastre de entre 20.000 y hasta 100.000 nóminas si los efectos de la tormenta persisten en la próxima semana» señalaron desde el banco estadounidense.

«También esperamos un impulso a corto plazo en la inflación de alrededor de 0,2 puntos porcentuales sobre la tasa interanual debido al incremento en el precio de la gasolina así como una subida modesta en la inflación subyacente». La situación ha provocado también la cancelación de cerca de 10.700 vuelos en cuatro continentes.

El huracán Irma ha dañado varios terminales de almacenamiento en Bahamas, Buckeye Bahamas Hub con 26 millones de barriles de capacidad así como un tanque propiedad de Nustar Energy.

FUENTE: EL ECONOMISTA.