• El hidrógeno es menos costoso, más rápido y menos contaminante que la batería
  • BMW o Daimler ya están fabricando algunos vehículos con hidrógeno

El papel que jugará el hidrógeno en la economía mundial ha ido en aumento en los últimos años. El pasado 6 de octubre, el Consejo de Ministros de España aprobó la Hoja de Ruta del Hidrógeno, el instrumento con el que se pretende planificar el despliegue de este combustible y cumplir así con una de las prioridades de Bruselas, que considera al hidrógeno clave para la región. La Comisión Europea prevé que el hidrógeno represente entre el 13% y el 14% de la combinación de fuentes de energía de la Unión Europea en el horizonte de 2050.

De esta forma, el plan que se ha marcado España en la década tiene como objetivo alcanzar 4 gigavatios en 2030 -como hito intermedio se estima que de cara a 2024 sería posible contar con una potencia instalada de electrolizadores de entre 300 y 600 megavatios-, por lo que los expertos advierten que al menos hasta dentro de 4-5 años el hidrógeno no tendrá un retorno eficiente como una renovable normal.

Aunque algunos bancos de inversión ya empiezan a tener en cuenta la inversión en hidrógeno a la hora de analizar y emitir sus valoraciones sobre los títulos que cubren, un estudio reciente Kepler Chevreux apuntaba que este vector no empezará a reflejarse en las cuentas de las compañías, al menos, hasta 2023 en adelante. O lo que es lo mismo no está en la ecuación ahora mismo y, por lo tanto, no se está teniendo en cuenta en los descuentos históricos que está exigiendo el mercado a algunos sectores, como el automovilístico. Es uno de los claros vencedores si el hidrógeno sale adelante, pero cuidado porque no será positivo para todas las compañías, y el mejor ejemplo de ello podría ser Tesla.

El futuro de la automoción

¿Y si el vehículo eléctrico no fuera el futuro del mundo de la automoción? Es en él donde está puesta toda la inversión, de momento, pero el hidrógeno verde podría ganar la batalla si la tecnología y la demanda de los consumidores demuestra que es mejor. ¿Y qué quiere decir esto? Menos contaminante, más barato, ofrece mayor autonomía y, sobre todo, pesa menos en los vehículos que las baterías eléctricas.

Fuentes del sector de la automoción españolas reconocen que «China ha ganado la partida en las baterías, en lugar de apostar por el hidrógeno, tecnología que siempre ha estado sobre la mesa». Entretanto, Europa «que era muy fuerte en diésel, tiene más conocimientos» sobre este gas, aunque los expertos no creen que tenga importancia dentro de la flota de vehículos de las grandes automovilísticas hasta dentro de una década y si lo tiene, comenzará por los vehículos más pesados como los camiones. Es por ello, quizás, que el hidrógeno no se ha puesto en precio. Las grandes automovilísticas europeas cotizan a valoraciones históricamente irrisorias. De media, el sector comunitario registra múltiplos de valoración ev/Ebitda de 2,7 veces, llegando incluso a las 1,2 veces en Renault o 1,9 en Volskwagen, muy afectados por la nueva regulación sobre emisiones de CO2 que impulsa Bruselas y también por la carrera hacia el coche eléctrico, para el que la inversión requerida aprieta los márgenes de un maltrecho sector, con las ventas de automóviles que llevan varios años cayendo.

Pero el descuento que se exige a las marcas convencionales no afecta a Tesla. Con una subida del 720% en el último año, el gigante estadounidense cotiza a valoraciones de 83,6 veces ev/Ebitda, lo que multiplica por 11 veces la media del resto de las automovilísticas a nivel mundial, que cotizan a 7,5 veces.

Esta misma idea la lanzaba esta semana el director de Buy&Hold, Julián Pascual. Considera que si el hidrógeno vence a la batería supondría «la desaparición de Tesla y todo aquel que utilice esta tecnología» teniendo en cuenta que son cambios profundamente disruptivos, como el del «teléfono móvil», que transforman todo en tiempo récord, y esto sucederá «en el momento en el que el coche eléctrico [sea cual sea la tecnología] sea más económico que el de combustión».

Pero ¿qué tiene a favor el hidrógeno frente a las baterías eléctricas? El experto enumera cuatro problemas de calado de estas últimas: el alcance, ya que la autonomía media a nivel mundial es de 320-400 kilómetros, según un estudio de la consultora Hardman&Co; además, el enorme peso que, hasta la fecha, tienen las baterías (esto aumenta el consumo de energía); también los recursos naturales que necesita -litio, cobalto y níquel- que son escasos y costosos, teniendo en cuenta que proceden de minas en zonas concretas del mundo, sobre todo de África; y, por último, existe un problema tan llano y simple como su carga. El Supercharger de Tesla, el más rápido, tarda 75 minutos en hacer una carga completa.

Cerca del 90% de los coches a nivel mundial utilizan combustible, mientras que los fabricantes están invirtiendo en tecnologías alternativas sin saber muy bien cuál de ellas prevalecerá», afirman desde la consultora. «Las baterías eléctricas pueden quedar obsoletas incluso», reconocen, empezando porque «repostar con fuel o hidrógeno es muchísimo más rápido».

En la carrera hacia el coche eléctrico, las marcas europeas sí están fabricando algún modelo (pocos) basado en el hidrógeno. Daimler acaba de presentar varios camiones Mercedes con esta tecnología, que estarán listos a partir de 2023 el primero de ellos. «Daimler ha lanzado un claro mensaje y es que ellos están listos para el desafío, pero Europa necesita desarrollar suministros y fuentes de carga para esta energía», afirman desde JP Morgan. BMW cree que el hidrógeno será «relevante en mercados como Japón y en vehículos de alta gama» y tendrá lista una pequeña flota para el año 2022.

FUENTE: EL ECONOMISTA