A pesar de que en las últimas semanas daba la impresión de que el Gobierno se estaba replanteando la idea de alzar la fiscalidad del diésel ante el escenario de las elecciones generales del próximo 28 de abril, los socialistas no parecen desistir de este objetivo. De hecho, el planteamiento que manejan para la próxima legislatura ha girado hacia un potencial incremento de las tasas sobre los combustibles, en general, en España.

Así lo ha indicado Hugo Morán, secretario de Estado de Medio Ambiente y miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE, está mañana. «Tenemos que abordar un rediseño de la fiscalidad», ha comentado, refiriéndose concretamente al diésel. «Venimos sufriendo reiteradas llamadas de atención de la Comisión Europea y de la OCDE por la fiscalidad privilegiada» a los combustibles. «Nos hemos convertido en una especie de anomalía en cuanto al tratamiento fiscal del diésel y de la gasolina, y tenemos que trabajar en esta dirección», ha argumentado.

El Gobierno subirá 3,8 céntimos el diésel, con un coste de 36 euros anuales para los particulares

El Gobierno subirá 3,8 céntimos el diésel, con un coste de 36 euros anuales

En este sentido, ha recordado que en la Unión Europea el diésel en zonas urbanas está a la baja y que 280 ciudades del viejo continente ya han restringido el paso a estos vehículos. Con todo, Morán, durante su intervención en un debate de la Fundación Alternativas sobre el cambio climático, ha ampliado los cambios fiscales que plantean los socialistas también a la gasolina y, a tenor de sus palabras, a todo combustible. «No podemos seguir siendo un país que se diferencie por la fiscalidad de los combustibles» ha comentado, aunque no ha matizado en qué dirección irían los posibles cambios que manejan.

No se da por perdida la guerra

Estas declaraciones evidencian que el Gobierno no ha dado por perdida su guerra al diésel. Hay que recordar que hasta el rechazo de los Presupuestos por el Congreso y el adelanto electoral, Moncloa daba por seguro un incremento de la fiscalidad del gasoil (combustible de los motores diésel) con el fin de igualarlo a la gasolina, de manera que el precio por litro hubiera aumentando 3,8 céntimos para los usuarios particulares, que se hubieran traducido en unos 600 millones adicionales al año para las arcas del Estado.

A esto hay que sumar que, finalmente, el Ejecutivo decidió no prohibir la venta de vehículos de combustión a partir de 2040, después de rectificar el borrador de la proposición de Ley de Cambio Climático y Transición Energética presentada a finales del año pasado.

Habrá que prestar especial atención en este aspecto al programa electoral de los socialistas, que se presenta este miércoles y que desvelará oficialmente los planes de Pedro Sánchez para el futuro de los vehículos diésel.

Incentivos

En el debate también ha participado Guillermo Mariscal, responsable de Energía del Partido Popular, quien ha considerado que no se debe castigar a los usuarios del diésel sino «incentivar la compra y el uso de vehículos de bajas emisiones. Demonizando determinadas tecnología no conseguiremos nada».

Es en este sentido en el que defiende un cambio en la fiscalidad, y advierte que habrá que ayudar a «sectores eléctricos que tendrán que hacer un esfuerzo» de adaptación al nuevo modelo de movilidad que tiene que abordar España. «El tránsito a la movilidad eléctrica ha de ser progresivo y expansivo, no se puede abandonar otras energías».

Decreto de autoconsumo

Por otro lado, Morán ha comentado que las políticas contra el cambio climático llevan hacia un «cambio sistémico de la sociedad» y de cara al futuro valora la incorporación de principios de seguridad jurídica como el de «no regresión», es decir, impedir legalmente los pasos atrás en la aplicación de estas medidas.

También se ha tratado el esperado real decreto de autoconsumo, aunque Morán prefiere referirse a él como de «autogeneración». Solo falta que supere el dictamen del Consejo de Estado y espera que esté aprobado antes de la celebración de elecciones generales, es decir, antes del 28 de abril.

FUENTE: EL ECONOMISTA.