Para indultar coches de combustión

Fabricantes de alta gama apuestan por los combustibles sintéticos para salvar el modelo de negocio de las petroleras. Los expertos señalan que la electrificación y reducción de vehículos son las únicas vías factibles para alcanzar los objetivos climáticos.

La Unión Europea confirmaba hace unas semanas que solo se podrán vender coches cero emisiones en sus fronteras a partir de 2035. No obstante, se indultaron algunos vehículos que utilizan carburantes sintéticos o e-fuels por considerarse ‘climáticamente neutros’. Esto se debe a que, a pesar de que el uso de este combustible emite dióxido de carbono, este ha sido capturado en la atmósfera en su proceso de elaboración y se considera que la operación queda en empate. Distintos expertos analizan esta tecnología en fase de desarrollo que se estima que podría suministrar energía a los coches en el año 2025 y apuntan que no representa una alternativa a la electrificación de los vehículos para frenar las emisiones.

Los carburantes sintéticos se encuentran actualmente en el mercado únicamente mezclados en distinta proporción con la gasolina o el diésel. A nivel químico, los combustibles sintéticos y los fósiles son prácticamente idénticos. Pero el proceso de obtención de los e-fuels no implica la extracción de petróleo, sino la fabricación de hidrógeno y captura de CO2. Por eso, aunque devuelve el CO2 a la atmósfera durante su uso, este carburante se considera neutro. Hay puntos, sin embargo, donde estos cálculos podrían no ser tan sencillos, sobre todo si la fabricación de hidrógeno no se produce con fuentes de energía renovables o si se mantiene la emisión de otras sustancias y partículas contaminantes.

«La mayor limitación que hay ahora mismo para estos e-fuels es que necesitamos energía renovable. No tiene ningún sentido producir estos combustibles sintéticos utilizando electricidad que viene de ciclo combinado», indica Nina Carretero, química de materiales e investigadora en almacenamiento y recuperación de energía y catálisis del Institut de Recerca en Energia de Catalunya (IREC). Carretero remarca que es necesario aumentar la infraestructura de energía renovable porque «si vamos a utilizar la renovable para producir estos e-fuels, pero luego no va a haber renovable para el uso común de las casas, no llegaremos a un equilibrio».

Los esfuerzos a nivel mundial para abordar el cambio climático están conduciendo a una creciente electrificación de distintos sectores, como el transporte o la industria, lo que genera un aumento masivo en la demanda de energía. El problema es que el 61,3% de la electricidad generada en el 2021 provenía de combustibles fósiles, según los datos de la IEA (Agencia Internacional de la Energía).

El alto coste económico de la fabricación de los combustibles sintéticos es un punto débil de esta tecnología a la hora de representar una alternativa al coche eléctrico. De momento, son los fabricantes de vehículos de alta gama los que están apostando por ellos. Porche cuenta con la planta piloto Haru Oni en Punta Arenas, Chile, implementada con sus socios Siemens Energy ExxonMobil, la petrolera que siguió apostando por los combustibles fósiles a pesar de conocer los efectos del calentamiento global en los años 70.

En su portal de prensa, Porche asegura que aproximadamente el 70% de todos los vehículos fabricados por su marca «están circulando y lo seguirán haciendo en el futuro. Serán clásicos que se sumarán a la era de la electromovilidad». Explican que se separa el hidrógeno que contiene el agua con electricidad procedente de fuentes renovables. Este se combina con dióxido de carbono extraído de la atmósfera (los procesos de captura de carbono que se conocen hasta ahora tienen un elevado coste) y se sintetiza un hidrocarburo que da lugar al e-fuel. También que transportarían el combustible vía marítima a Europa.

«Esta es la manera de producir los e-fuels más neutra climáticamente, pero es solo una de las maneras de producirlo y es la más costosa de todas» y es «inviable» escalar esta producción a los niveles que pretende la industria, advierte Carlos Rico, responsable de electrificación de coches T&E (Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente). «No contemplamos nada más allá de una solución de nicho muy, muy pequeño para un puñado muy, muy pequeño de coches, quizás algunos coches deportivos, porque esto va a ser una solución increíblemente cara», añade Alex Keynes, consultor experto en políticas de ‘vehículos limpios’.

Quienes apuestan por la producción de los e-fuels destacan que permiten mantener la infraestructura actual para repostar combustible. Sin embargo, los analistas insisten en el alto coste que representa la inversión en estos carburantes. «Según nuestros cálculos, repostar combustibles sintéticos costaría 10.000 euros más a lo largo de 5 años que cargar electricidad en un vehículo de batería eléctrica. Por eso estamos hablando de combustibles para vehículos de lujo», sostiene Carlos Rico.

Fuente : Climatica – Leer noticia completa
Elisenda Pallares