Las eléctricas diseñan planes para abordar la transición ‘verde’ con la instalación de cientos de ‘electrolineras’ y estaciones para vehículos de gas para pugnar con las petroleras por un mercado de 23 millones de vehículos.
En España hay registrados según la Dirección General de Tráfico (DGT) un total de 23,6 millones de coches -redondeando a una media de un turismo por cada dos habitantes- y cada año son consumidos cerca de 28 millones de toneladas de carburante. El millonario negocio de la movilidad sigue siendo uno de los sectores más rentables de la economía. Muestra de ello es que el número de gasolineras no ha parado de crecer durante la última crisis y alcanza ya los 11.118 establecimientos.
La tarta es cada vez más grande, pero de esa tarta cada vez quieren comer más empresas. Las últimas en incorporarse a la merienda han sido las grandes eléctricas. Estos grupos están centrando gran parte de sus esfuerzos en liderar la transición energética que se avecina en el país y conseguir colocarse como potencias de la nueva movilidad. Además de una oportunidad para su cuenta de resultados, dar el salto al transporte supone casi una obligación en un escenario de estancamiento de la demanda tradicional de luz por la mejora de la eficiencia en el consumo: mientras el PIB volaba en 2017 a un ritmo del 3,2%, el consumo eléctrico sólo lo hacía en un 1,1%.
En este escenario, grandes corporaciones como Endesa, Gas Natural o Iberdrola han diseñado sus propios planes de acción para entrar de lleno en el sector del transporte. Cada una a su ritmo y con productos muy diferentes.
Endesa sorprendió el pasado mes de noviembre al mercado al introducir en su plan estratégico una iniciativa para instalar en tres años más de 600 puntos de recarga eléctricos de acceso público en el país. El grupo lleva desde el año 2011 estudiando a través de pruebas piloto el sector y considera que ha llegado el momento de dar el salto definitivo en su estrategia.
«Se trata de puntos de carga de velocidad rápida o semirrápida repartidos por toda la geografía nacional. En estos años se va a producir el gran cambio en el sector», explica Elena Bernárdez, subdirectora de Desarrollo de Negocio Comercial de Movilidad Eléctrica de Endesa. La compañía ha comenzado aplicándose el cuento a sí misma con un plan de movilidad para empleados a través del cual 534 de sus trabajadores -un 5% de su plantilla- ya se han hecho con un vehículo eléctrico. El pulso es tal que siete de cada 100 coches eléctricos que se venden en España van a parar a un empleado de la eléctrica, explica la responsable del proyecto.
Endesa quiere instalar 600 puntos públicos de recarga para vehículos eléctricos en tres años.
Tras impulsar la movilidad eléctrica en casa, Endesa ha decidido enfocarse ahora en sus clientes con ofertas para instalar el punto de recarga en viviendas unifamiliares y párking comunitarios por alrededor de 1.300 euros. La última de sus promociones incluye la recarga gratis del vehículo siempre que sea entre la una y las siete de la mañana, que es cuando el precio de la luz es más barato por la caída de demanda. «La gente ha perdido el miedo al coche eléctrico. Es la hora del cambio», alienta Bernárdez.
Otro grupo que también ha puesto la mirada en el transporte propulsado por kilovatios hora es Iberdrola. La eléctrica adjunta en su catálogo una oferta que incluye la instalación del punto de recarga y la asistencia técnica con un coste de alquiler de 32 euros al mes.
Pero no todo es electricidad. Gas Natural Fenosa también está trazando -aunque de manera muy distinta- su plan para abordar la entrada en el sector de la movilidad. Aunque, en este caso, sus acciones están dirigidas al combustible que el propio grupo lleva por nombre: el gas natural. La eléctrica trabaja en el impulso de los vehículos y la infraestructura que permitan la extensión del gas como combustible de turismos tras la penetración cada vez mayor que tiene entre los vehículos pesados como camiones y autobuses.
El grupo ya ha instalado 55 gasolineras de este combustible en el país. «Nuestro objetivo es que haya al menos un punto de repostaje de gas natural comprimido en todas las capitales de provincia y ciudades con más de 100.000 habitantes», comenta José Ramón Freire, director de Soluciones de Movilidad de la eléctrica catalana. «El vehículo eléctrico es más mediático, pero hoy en día la primera alternativa a los combustibles tradicionales es el gas natural. Si te subes a un autobús en Madrid, hay un 70% de posibilidades de que éste sea propulsado por gas aunque no lo sepas», añade.
A pesar de que sus estrategias son diferentes, las tres grandes eléctricas coinciden en remarcar que sus alternativas son más baratas para el bolsillo del consumidor y más limpias para el medio ambiente. Gas Natural asegura que su combustible supone una rebaja del 40% en la factura mensual de transporte mientras que Endesa asegura que con 1,5 euros en electricidad sus vehículos pueden recorrer 100 kilómetros.
Fuente: El Mundo – Ver noticia completa
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