La demanda no volverá al 2019

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) cree que la demanda de la gasolina no volverá a alcanzar los niveles de 2019. La crisis del covid ha adelantado la llegada del punto de no retorno para este combustible. Las mejoras en la eficiencia de los nuevos vehículos, las nuevas alternativas en el transporte y el coche eléctrico impedirán que la gasolina recupere los niveles previos al coronavirus.

Por otro lado,  la AIE estima que los mercados mundiales de petróleo se están reequilibrando, después de que la crisis del Covid-19 provocara una caída sin precedentes de la demanda en 2020, según indicó la responsable la División de Industria de Petróleo y Mercados de la organización, Toril Bosoni.

En su participación en una jornada organizada por Enerclub para presentar el informe ‘Oil 2021. Analysis and forecast to 2026’ de la AIE, Bosoni señaló que la demanda mundial de petróleo crecerá en unos
13 millones de barriles diarios hasta 2026, cifra que representaría un aumento de 4,4 millones de barriles diarios respecto a los niveles de 2019, aunque no se llegará a los niveles que preveía la agencia antes de la pandemia.

Por regiones, indicó que Asia liderará este crecimiento, mientras que las materias primas petroquímicas impulsarán el crecimiento de la demanda. Por productos, el gas licuado del petróleo (GLP), el etano y la nafta alcanzarán los niveles de 2019 en 2021; el diésel lo hará en 2022; y el queroseno para aviación en 2024.

La gasolina no se recuperará

Mientras, la gasolina caerá y no se espera que la demanda mundial recupere los niveles de 2019 debido, principalmente, al aumento de los vehículos eléctricos, la mejora en la eficiencia de los combustibles y políticas adicionales para frenar el uso del petróleo.

En este contexto incierto, la AIE considera que los países productores de petróleo y las empresas se muestran reacias a dejar recursos sin explotar o a invertir en instalaciones que podrían infrautilizarse, con un déficit en la inversión en ‘upstream’ (Exploración y Producción).

De esta manera, tras una disminución del 30% en 2020, los planes inversores para 2021 muestran pocos cambios, lo que podría tener implicaciones geopolíticas y aumentar el riesgo de escasez de suministro a futuro.

En lo que respecta a la capacidad de producción, se ralentiza y el excedente de producción de 2020, proveniente en su mayor parte de Oriente Medio, ofrece un remanente que abastecería a los mercados globales al menos durante los próximos años.

Fuente: El Economista/ leer articulo completo