Una de las ventajas que se esgrime en favor del coche eléctrico es el bajo coste de mantenimiento que, junto con el ahorro en combustible, compense -siempre en función de los kilómetros que se hagan al año- la diferencia del precio de compra frente a un modelo similar de combustión. | ¿Cuándo es rentable tener un coche eléctrico?

Fuentes de Solera, consultora en temas de mantenimiento del automóvil, explican a Ecomotor que con el coche eléctrico los mantenimientos correctivos y preventivos, que obligan a pasar por el taller, tendrán sus días contados cuando el usuario pase a conducir este tipo de coches.

Mantenimiento de un coche de combustión.

La explicación es que estos modelos montan hasta 25 piezas menos que uno de combustión tradicional, desde el aceite a la correa de la distribución pasando por el embrague, y que son mantenimientos a los que el conductor ya no deberá prestar atención.

Sin embargo, eso no quiere decir que el coche eléctrico no cueste mantener. Según Solera, la sustitución de la batería cuesta de media 11.416 euros, aunque hay modelos que incluso superan ampliamente los 20.000 euros, pues a más autonomía más coste. Depende también de cómo funciona una batería.

Batería de un coche eléctrico.

Es decir, el coche eléctrico no tendrá que pisar prácticamente el taller para sus revisiones anuales, pero al cabo de una década -en la actualidad, la vida útil de una batería de un coche eléctrico es de 10 años-, por lo que, en opinión de Solera, «todo lo que hayamos ahorrado en este periodo de tiempo se tendrá que desembolsar en una sola operación: el cambio de batería».

En su opinión, con estas tarifas, lo lógico es que el consumidor se plantee comprarse un vehículo nuevo antes que cambiar de batería, que será más cara que el valor residual de su coche, que en diez años apenas vale una décima parte de su coste de compra. Entonces, ¿qué pasará cuándo acabe la vida útil de una batería? ¿Se regenerará o se sustituirá? ¿se creará un mercado paralelo de baterías de ocasión?

En Solera vaticinan que se crearán centros de sustitución rápida de baterías, como los autocentros de neumáticos y mecánica rápida que existen actualmente, que será donde los conductores tengan que llevar su coche. Y es que se invierte un 90% menos de tiempo en sustituir una batería que las operaciones tradicionales de mecánica. En apenas 6 horas la batería está reemplazada, un tiempo que el conductor puede destinar a tareas u ocio mientras deja el coche en el taller.

El hándicap de la batería influirá también en el mercado de vehículos usados. Así, según las fuentes de Sonera, de la misma manera que surgen dudas sobre si sustituir la batería o comprarse un coche debido al precio de la primera, una disyuntiva parecida ocurrirá sobre si comprar un vehículo nuevo o uno usado, debido a que estos últimos incrementarán su precio precisamente por llevar un componente tan caro.

FUENTE: EL ECONOMISTA.