Hasta la media sesión del viernes, el crudo podía presumir de cerrar su mejor semana de las últimas cinco. Sin embargo, un documento oficial de Arabia Saudí en el que se deja entrever que no se va a llegar a un acuerdo en el encuentro de la semana próxima provocó pérdidas del 4% en la jornada.

 

Quien sí que pudo, aunque por los pelos, mantener dicho título fue el West Texas que cerró la semana con un avance superior al 3,2%, lo que le condujo hasta los 44,4 dólares mientras que el Brent sólo sumó un 0,25 por ciento, hasta los 45,8 dólares.

A lo largo de la semana, las alzas del barril de referencia en Estados Unidos llegaron a superar el 7% mientras que para su homólogo europeo fueron de más del 4%, algo a lo que contribuyó la caída del dólar, motivada por el nuevo retraso en la subida de tipos por parte de la Reserva Federal estadounidense. Pese a ello, la entidad apuntó a su encuentro de diciembre, algo para lo que existen un 56,4% de probabilidades, según Bloomberg.

La semana ha estado marcada por el cruce de declaraciones de distintos mandatarios con respecto al encuentro informal de la próxima semana. El pistoletazo de salida lo dio las declaraciones de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, que señaló que la Organización de Países Exportadores de Petróleo y el resto de productores no miembros están «cerca» de alcanzar un acuerdo para estabilizar la producción de crudo en las conversaciones informales que mantendrán en Argelia entre los próximos 26 y 28 de septiembre.

La alegría duró poco debido a que el secretario general para la OPEP, Mohammed Barkindo, dijo el pasado sábado que no se tomará ninguna decisión respecto a congelar la producción de crudo aunque añadió que aprovecharán la cita para multiplicar los contactos, y avanzar en unas negociaciones que de ser fructíferas causarán que se convoque una cumbre extraordinaria del cártel. A ello se sumaba que desde Ecuador Rafael Correa, presidente del país, reconoció que «claramente la OPEP se ha debilitado y hay peligro de que se desintegre». Algo que es consecuencia del enfrentamiento entre Arabia Saudí, la mayor exportadora, e Irán, recién reincorporado al mercado tras las sanciones de EEUU. El líder indica que se trata de «una lucha por debilitar a Irán, por no cederle mercado que perdió por las sanciones de las potencias occidentales. Básicamente una lucha entre Arabia Saudita -detrás de Arabia Saudita siempre está Estados Unidos- e Irán».

La última en mover ficha fue Rusia el pasado jueves. El viceministro de Energía ruso, Kiril Molodtsov, ha señalado que «reducir en un 5% los volúmenes de extracción es una medida realista para influir en el mercado», unas palabras que vienen después de que las autoridades rusas se hayan reunido con los máximos dirigentes de las petroleras del país.

El que sí que ha celebrado que el dólar se haya movido a la baja en la mayoría de los cruces más importantes que monitoriza Bloomberg, ha sido el oro. El metal precioso ha avanzado en el parqué más de un 2,3% en la que ha sido su mejor semana desde el pasado mes de junio, antes de que se produjera el Brexit.

FUENTE: EL ECONOMISTA.